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Pintar una pared que ya ha sido pintada

En ocasiones, pensar en pintar una pared que ya tiene pintura puede resultar un verdadero dolor de cabeza, especialmente si posee un color oscuro. Sin embargo, basta con saber cómo realizar esta tarea correctamente para lograr el cometido, pues no se trata de una misión imposible.
De principio a fin te contamos los detalles a tener en cuenta para que tu pared renovada quede perfecta.

Reparar desperfectos y lijar

Lo primero a realizar antes de pintar nuevamente la pared después de un largo tiempo, es repararla. Por ejemplo, si presenta desconchones, humedad o grietas, entre otros detalles, deben erradicarse. Cómo hacerlo dependerá del problema en sí, debes informarte bien sobre cómo solucionarlo.

Si se trata de una pared que tiene algunas irregularidades, como marcas de rodillo, hay que quitarlas. Para ello, se debe lijar la pared con cuidado para que la superficie quede lisa, de esa manera cuando se aplique la nueva capa el resultado será perfecto.
El lijar la pared va a depender también del tipo de pintura que ya tiene. Por ejemplo, si fue pintada con temple, se puede utilizar una esponja o también puedes optar por emplear un taco de lija ya sea de grano fino o medio.
Cuando se trata de pintura plástica, el trabajo es un poco más difícil. Si presenta imperfecciones muy resaltantes en la superficie es mejor optar por usar una lijadora eléctrica.

Cuando se ha reparado la superficie, es momento de limpiarla. Asegúrate de que quede totalmente seca y sin impurezas; para ello puedes utilizar un trapo ya sea seco o húmedo para los últimos toques.

Pintura vieja y nueva ¿Cómo lograr una buena cobertura?

Un error común es aplicar una mano de pintura blanca primero cuando se quiere renovar una pared oscura con un tono claro. Se podría pensar que esto va a ayudar, pero la realidad es que terminarás agregando la misma cantidad de la nueva pintura, con o sin base blanca. Por lo tanto, no resulta un paso obligatorio, ya que supone más bien un gasto que el facilitar la tarea.
Pero sÍ es oportuno aplicar una base gris en la superficie si quieres renovar con pintura que no sea a base de color blanco, como amarillo o rojo. El tono grisáceo debe ser suave y puedes incluso crearlo con pintura blanca y tinte negro.

Aunque en un principio pueda parecer lo contrario, con esos tonos que no tienen base blanca es más complicado tener una buena cobertura. Se debe a que la base de colores intensos, como naranja o rojo muy vivo, son de otro tono o transparente.
Justamente por esa característica es preferible primero aplicar una capa gris (que tiene base blanca) para obtener una buena cobertura inicial del color oscuro.

Si tienes dudas sobre cómo cubrir un tono o cómo funciona la aplicación de las capas, es mejor que consultes con expertos en el tema. Hacerlo te ayudará a no gastar dinero, esfuerzo ni tiempo extra.

Foto: Jason Leung

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