Hay muchas maneras de interpretar y considerar la importancia de este particular método, pero uno de los más sencillos es entender el tiempo de vida que tiene el virus al entrar en contacto con las superficies. Bien es sabido que el virus puede vivir desde unas horas hasta incluso semanas en cualquier superficie, como pueden ser desde la pantalla del móvil o el teclado del ordenador portátil, hasta la maneta de la puerta de una habitación o, por supuesto, las mismas paredes.
Pero ocurre que la mayoría de las personas realiza la limpieza de todas aquellas superficies de común contacto, como mesas, sillas, ordenadores, móviles, cerraduras, lavabos, así como también los azulejos y las paredes del baño. Pero casi nunca, o realmente nunca, se desinfectan completamente las paredes de toda la casa o de toda una edificación, convirtiendo a las paredes y a los techos en excelentes lugares para que el virus pueda mantenerse con vida y, por supuesto, lograr contagiar a cualquier persona, ya que la mayoría de las veces es imperceptible el contacto de éstas con las paredes.
Por eso, pintar las paredes de forma profesional, utilizando pinturas especiales y certificadas contra virus, y particularmente contra la COVID-19, puede ser una excelente decisión. Sobre todo muy rentable, tanto para empresas como para familias, ya que no son productos especialmente costosos y a menudo las propias empresas o profesionales de la pintura que ya cuentan con éstos entre sus materiales de trabajo, lo que también evidencia la experiencia ante esta clase de servicios.