Una habitación pequeña puede ser difícil de decorar, porque con cualquier pequeño error se “encoger” más. Con la elección de pintura adecuada puedes mejorarla al ofrecer cierta sensación de amplitud. En el post de hoy te contaremos cómo elegir el color correcto.
Usa colores claros
Si hay un truco común, es usar colores claros en la habitación para que se vea más amplia. La realidad es que sí funcionan, porque ayudan a reflejar mucho más la luz. Eso genera una ilusión óptica que hace lucir más altas las paredes.
De hecho, el color blanco es quién se lleva el primer lugar en ofrecer esta sensación, pero de igual manera lo hacen los grises y amarillos pálidos. La gama de tonos neutros también facilitan esta tarea y conservan la calidez de la habitación.
La luminosidad reflejada en las paredes claras de la habitación la hará lucir más amplia, e incluso esta puede ser reforzada. Bastará con combinarlas con los objetos y muebles adecuados, asegúrate de comprar aquellos que tengan un tono similar o neutro.
Blanco y beige, dos tonos clásicos
Muchas personas dejan a un lado este tipo de colores por considerarlos aburridos. Pero al elegir renovar la imagen de tu casa, debes saber que el uso de estos tonos es siempre acertado.
Por un lado, hay que mencionar el blanco, porque como se ha dicho es quién te permitirá ampliar tu habitación a mayor escala. Pero no solo esto, sino que ayuda a transmitir calma y serenidad. Y si te aburres del blanco básico, hay variaciones que hacen la diferencia, como aquellos con matices grises o rojos.
Por otro lado está el beige, que es una buena alternativa para quién se niega a usar blanco. Para una habitación pequeña es ideal al ampliar con un toque de color cálido y elegante. Además, verás que combinarlo con muebles y objetos decorativos es sumamente fácil.
Pinturas de tono frío
Los colores fríos al igual que los claros permiten ampliar la habitación y reflejan la luz. Por lo que si tienes un ambiente con techo bajo, usar esta alternativa puede ayudarte.
Además, los tonos fríos ofrecen la ventaja de ser fáciles de combinar con el blanco. Es muy fácil potenciar la sensación de amplitud con ellos. Transmiten relax y permiten crear un ambiente más agradable con su uso.
Azul, verde y malva nunca fallan
El azul es un clásico y la elección perfecta si quieres generar una mayor sensación de calma. Además, da la ilusión de mayor profundidad en una habitación pequeña para que luzca más amplia. Aporta frescura y quietud, por lo que suele ser muy utilizado en dormitorios.
Si prefieres un tono diferente, puedes usar el verde que ofrece sensación de profundidad. Mientras que en sus variaciones menos saturadas podrás disfrutar de la generación de amplitud. Igual que el anterior, aporta frescura y tranquilidad.
Respecto al malva, es un gran aliado si se busca una buena proyección de luz, lo que ayudará a que luzca más grande el ambiente. Este resultado lo puedes disfrutar al usar cualquier tono de la gama violeta que sea apagado.
